A simple vista puede pasar totalmente inadvertida, un lugar más de los muchos que hay en Madrid para repostar. Pero la Gasolinera Gesa, ubicada en Chamberí, en la Calle de Alberto Aguilera 18 es muchísimo más que eso. No es simplemente una estación de servicio “diferente”, estamos amigos, ante uno de los hitos de la arquitectura española
Aunque os sorprenda su estética futurista, esta joya fue diseñada nada más y nada menos que en el año 1927, es decir, bastante tiempo antes incluso de que se desencadenase la Guerra Civil. Proyectada por el arquitecto Casto Fernandez Shaw, a quien le debemos otros logros en Madrid como los Edificios Titanic, fue levantada en un tiempo récord, en tan sólo 40 días de rápidos trabajos. Destaca su torre con aspecto casi de altavoz gigante y su original marquesina. Un aroma de vanguardia que se difumina en nuestros días entre el frenesí del asfalto.




En un principio respondió al nombre de Gasolinera Porto Pí y Estación de Servicio para Automóviles, como decía, en el momento de su construcción Madrid ya tenía que soportar uno trajín considerable de coches y estos, demandaban, cada vez más gasolineras donde poder saciar su sed. Sin embargo el gran secreto de esta construcción es que, además de ser consideraba una de las obras maestras del racionalismo español muchos creen que con ella se dio el pistoletazo de salida en la arquitectura moderna de España. Ella, junto a otras dos construcciones como son el Rincón de Goya en Zaragoza y la Casa del Marqués de Villora de la Calle de Serrano fueron para los expertos el punto de partida de una nueva era en la arquitectura nacional.


Con alma de hormigón, en su concepción original contaba con un espacio para exponer automóviles, una estancia para ser usada como oficina, aseos y hasta un dormitorio. Hablo en pasado porque, aunque resulte incomprensible, en el año 1977 sus dueños, a pesar de que estaba protegida, optaron por derribarla, perdiéndose gran parte de la construcción original. Un derribo que provocó una enorme oleada de críticas y que obligó al Ayuntamiento de Madrid a intervenir y, como es lógico, a detenerlo. En el año 1996 se optó por levantar una réplica exacta pero ya, la pérdida, era irreparable. Ahora anda en trámites para ser convertida en Bien de Interés Patrimonial, esperemos que se lo den pronto, se lo merece. Aunque poca gente lo sabe, es uno de los grandes hitos de la arquitectura de nuestro país. Como os decía al principio, mucho más que una simple gasolinera.


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