Las hay más sofisticadas y las hay más simples, también las hay más ligeras pero también podemos encontrar su versión más grasienta y contundente. Su aparición siempre genera una expectativa, una ilusión, y nos dibuja una sonrisa en la cara. Me refiero a algo tan típico y tan propio de nuestra gastronomía como las tapas. Es el momento de averiguar un poco de ellas.
Al contrario de lo que podamos pensar, no es un fenómeno que surge en tiempos recientes. Por ejemplo, en El Quijote, Cervantes se refiere a ellas como “llamativos” mientras que Francisco Quevedo las denomina “avisillos”. Así que su existencia está demostrada desde varios siglos atrás pero ¿cómo y cuándo se originó la bendita costumbre de las “tapas”?
Al ser una tradición tan antigua, con el paso de los años se han ido generando diferentes teorías, curiosamente, casi todas relacionadas con la realeza. Yo os las voy contando y que cada uno se quede con la que más le guste… la primera de todas nos lleva al Siglo XIII, al reinado de Alfonso X, llamado ‘El Sabio’ por tomar interesantes medidas como la siguiente… el rey padecía una enfermedad y por consejo médico se le recomendó que debía tomar, entre horas, varios sorbos de vino. El monarca, para contrarrestar los efectos del alcohol lo hacía, acompañando la bebida de una pequeña ración de comida. Una vez recuperado, promulgó una ley que ordenaba a todos los mesones de Castilla servir algo sólido que llevar al estómago junto al vino ya que así, se “tapaba” los efectos menos deseados del vino.
Otra segunda teoría nos traslada a un par de siglos después, a la época de los Reyes Católicos. Cuenta la leyenda que de camino a Andalucía, Fernando II de Aragón decidió hacer un alto en el camino junto a toda su comitiva y fueron a parar a una taberna infestada de moscas. El tabernero, apurado por la situación y preocupado porque ningún insecto terminase aleteando en el interior del vaso real optó por poner sobre éste una curiosa tapa, una rodaja de embutido, pronunciando las siguientes palabras: “Aquí tiene su tapa, Majestad”. Ésta genial ocurrencia pudo convertirse en una costumbre que ha llegado hasta nuestros días.
Una historia más reciente y que guarda bastantes (demasiadas diría yo) similitudes con la anterior es la que nos lleva al reinado de Alfonso XIII. El rey se encontraba de visita en Cádiz y paró en una venta aún en pie, en Ventorrillo del Chato y pidió una copa de vino de Jerez. Fue en ese momento cuando el viento levantó una enorme polvareda, acompañada de una nube de arena, que amenazaba con estropear el aperitivo real. Un camarero colocó una loncha de jamón sobre la boca del vaso para salvaguardar el preciado líquido. El monarca, extrañado pero a la vez agradecido, pidió más tarde una segunda copa “pero con otra tapa igual”. Los allí presentes exigieron entre risas que su bebida también llevase su correspondiente tapa.
Pero no todo van a ser anécdotas de reyes ya que el pueblo llano también tiene su propia versión. Existe una teoría alejada de la realeza que dice que fueron los labradores y gentes del campo del Siglo XIX los que pusieron de moda el acompañar los tragos de vino con algo de comida durante sus largas y duras jornadas de trabajo, evitando hacer comidas copiosas y pesadas que les impidiera seguir con sus tareas. Otra corriente más malpensada dice que sencillamente, las tapas surgen como cosa de los taberneros quienes ofrecían este aperitivo salado con un único objetivo, incitar el consumo de bebida entre sus clientes, para saciar la sed. Vosotros, ¿con cuál os quedáis?
7 comentarios
Curioso, la que yo conocía es una remezcla. Alfonso X había ordenado dar algo de comer junto al vino para, precisamente, evitar las borracheras. Lo que se daba de comer solía ser jamón y se ponía encima de la copa o vaso para «tapar» la bebida.
Yo también conozco otra historia. Se dice, que el nombre de tapa, proviene de los pedazos de queso con el que acompañaban el vino los taberneros que ofrecían vino picado. El fuerte sabor del queso «tapaba» el mal sabor del vino, y de ahí, el origen de la tapa.
También decir, que leí algo parecido a lo que comentas de que por orden del rey se sirviera comida para evitar las borracheras, pero más concretamente, las borracheras de los conductores de carruajes.
Sea cual sea el origen cierto de las tapas, ¡demos gracias por su existencia!
La anecdota que había escuchado es la de la taberna el chato. Es mas, vi un reportaje no hace mucho que hablaba de cadiz y fueron a esa taberna, explicaron esa historia y ls documentaron
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¿Con cuál quedarse?? . ¡¡Con ninguna, por supuesto!! El origen, sea de lo q sea, siempre es mítico. Desde el Génesis, por ej.
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