No se cansa de recibir visitas ni halagos. En cualquier época del año supone un acierto visitarlo y esa es quizás una de las mayores virtudes de esta catedral de vidrio que asume el papel principal en el secreto de hoy.
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Árboles, jardines, sombras… Éstos son algunos de los elementos que nos podíamos encontrar en la hoy llana y gris Plaza de Ópera a finales del Siglo XIX. Ya que no los podemos disfrutar en la actualidad, hagámoslo a través de esta bonita postal.
Si rebuscamos en el pasado de esta céntrica plaza veremos que los cambios que ha sufrido producen hasta vértigo, una transformación radical en la que nos detenemos en este secreto
De día ya impresiona por su colosal figura pero es al caer la noche, con una medida iluminación, cuando este edificio se transforma en una de las principales atracciones de Madrid.
Un momento único e irrepetible captado en la melancólica Plaza de Jacinto Benavente protagoniza la postal de la semana.
Al caer el día Madrid se transforma, se vuelve salvaje e indómita y en ese deslumbrante lienzo destaca una presencia por encima del resto
Siempre es un acierto pasear junto a la catedral de Madrid al caer el día, el ambiente tranquilo y sosegado que la envuelven hace que sea una experiencia única llena de sensaciones para el visitante.
Es uno de mis lugares preferidos de Madrid ya que cada vez que lo visito me transmite una gran serenidad y a la vez un sentimiento positivo. Colorida y agradable, es capaz de esquivar el ‘turisteo’ que la rodea con una magnífica elegancia.
Hoy os traigo un anticipo de las impresionantes vistas que a partir de muy pronto todos podremos contemplar desde este malogrado mirador de Madrid
Estas famosas palabras adquieren un pleno significado en esta fotografía que tomé desde lo alto de la torre de la Parroquia cela Santa Cruz
Ésta fue la austera carta de presentación del que hoy es uno de los lugares más bonitos de la capital cuando llegó a Madrid en 1970.
Hoy comparto con vosotros uno de los tantos bonitos instantes que me ha regalado Madrid, un atardecer silencioso que jamás olvidaré
Así era el bonito día a día de una de las calles con más solera de Madrid en 1890. ¿La paseamos?
En muchas ocasiones resulta más interesante insinuar que mostrar todas las cartas y por ello, en esta maravillosa foto, la silueta de Madrid nos regala el perfil más sugerente de la ciudad.
La visión del Palacio Real sobre los verdes jardines del Campo del Moro ha sido una de las visiones que más me han conquistado de Madrid.