Madrid en verano, aprovecha las ausencias de las masas y sus pesadas rutinas para premiar a los habitantes más fieles con sus verbenas. Son fechas de diversión y relajación, de bajar la guardia y reconciliarse con la ciudad a base de refrescantes vasos de limoná. Uno de los puntos donde esto se corrobora es en Chamberí que, por estos días, festeja la verbena del Carmen, celebración a la que hoy nos sumamos gracias a este distante recuerdo.
Mayores y pequeños se daban cita en los espacios definidos para ello. Ahí, entre barracones y puestos apuraban las horas. Felices, despreocupados, tal y como vemos en esta fotografía del año 1920 publicada en ABC. Quizás hoy esta Verbena del Carmen ha perdido aquel vestido multitudinario y pasa más de puntillas que otras celebraciones como La Paloma o San Cayetano. Por eso nunca está de mal recordar, los orígenes y los tiempos pretéritos.
Para dar voz y sensaciones a esta imagen, recurriré al testimonio del humorista Miguel Gila, que en 1995 dijo: “En el mes de julio se celebraba la verbena del Carmen y, todos los juegos y las tómbolas se montaban en las calles de Eloy Gonzalo, Álvarez de Castro y Trafalgar. Olía a aceite de churros. Los chicos íbamos a la verbena y como los caballitos funcionaban a mano, el dueño nos contrataba para empujar. Cuando empezaban a dar vueltas, nos dejaban subirnos en marcha y viajar gratis, hasta que se paraban y volvíamos a empujar de nuevo. En la calle se instalaban merenderos a los que se podía llevar comida, sólo había que comprar la bebida; algunas noches, mi abuela preparaba una tortilla y unos filetes empanados y cenábamos en uno de ellos. Para mí, aquello era una fiesta”.
¿No os dan ganas de pasear entre toda esta gente y disfrutar de aquel Madrid?

