Hoy, 17 de enero, es la
San Antonio, o Antonio Abad fue un monje cristiano que llevó una vida austera que a lo largo de su prolongada vida (se dice que alcanzó los 105 años de edad) siempre mostró un enorme amor por los animales, los cuidaba y mimaba con esmero. Por ese motivo fue nombrado Patrón de los Animales y desde entonces siempre se le representa vestido con su hábito de monje y con un cerdo a sus pies.
Antiguamente, la gente del campo se encomendaba al Santo para que éste protegiese uno de sus bienes más preciados, sus animales, ante posibles enfermedades como la peste o ataques de depredadores. La bendición de San Antón se convertía en una protección ante las amenazas externas una tradición que se sigue haciendo ahora, también en las ciudades, una buena muestra de ello es Madrid.
Desde primera hora de la mañana, cientos de personas se desplazan y hacen cola con sus mascotas hasta la Calle Hortaleza, número 63, para asegurase la protección/bendición del Santo. Ya por la tarde se hace una romería por las calles cercanas, las conocidas Vueltas de San Antón. Es una festividad que tiene mucho arraigo y seguimiento en la ciudad y por la cual se llevan a cabo diferentes actividades en el animado Barrio de Chueca, muchas de ellas con los animales como protagonistas.
2 comentarios
Cuando vamos a habar de lis orígenes de algo podemos poner la línea mas acá o mas allá, has contado el origen de la bendición de los animales en Madrid, que tb se celebra en otros lugares, pero es paradójico que el cochinito a lois pies del santo, lejos de significar su amor por los animales es una representacion diabólica.
En antiguas representaciones, por ejemplo Bosco y otros pintores flamencos aparece el diablo tentando al santo de esta figura. ( no se si por asociacion connla inmundicia del animal, comun a otras religiones, o por la gula que despiertan sus torreznos).
Muchos núcleos rurales de España e Italia practicaban la costumbre de dejar en este dia un marranito suelto por las calles , al que alimentabancon sobras, y al año siguiente le demostraban su amor convirtienfolo en chorizos, torreznos y otras delicias que se consumían en publico festín. y vuelta a empezar.
A veces lis puntos de partida y lis de llegada distan mucho!
Pingback: La danza de la muerte. El cornezuelo – exprimehistorias