Browsing: Edificios

Un pedacito de Londres en el centro de Madrid

Algunos de los secretos de Madrid los descubres por ti mismo, caminando, deambulando…otros sin embargo te los descubren o te los recomiendan, hoy estamos ante uno de estos casos. Un rincón que yo jamás hubiera podido sacar a la luz por cuenta propia pero que me fascinó en cuanto lo conocí. Un pequeño patio escondido que rebosa un aire londinense por los cuatro costados, bienvenidos a Hermosilla 26.

La calle Hermosilla está en el centro del Barrio Salamanca, una zona bulliciosa que todo sea dicho no suelo frecuentar mucho, pero un día me tocó hacer de acompañante para un recado. “Además, te va a encantar este sitio”, fue lo que me dijeron. Al principio pensé que se trataba de la típica táctica que sale en todos los manuales básicos para convencer a alguien, pero no. Cuando lo vi sentí como me transportaba al Londres de los mercadillos de Portobello o Camden, de las tiendas de postal y de las antigüedades que nos observan silenciosas, esperando a que por fin, alguien se anime a comprarlas.

Lo curioso de este espacio es que pasa desapercibido para cientos de peatones que pasan diariamente por su puerta, ajenos a que a escasos metros se encuentra uno de los lugares más originales y con más encanto de la ciudad. Sólo si damos unos pasos y atravesamos el umbral del elegante portal que lo custodia, comenzamos a adivinar una frondosa vegetación. Es cuando caemos en la cuenta que estamos en un lugar especial, diferente.

Hasta que no avanzas unos metros y no llegas por completo a este patio interior no te puedes hacer una adecuada composición del entorno. Antigüedades, tiendas, plantas, bancos de forja, muebles de madera, flores…todos conviven en armonía en este rincón único y bohemio. Todo está cuidado hsta el más mínimo detalle, con mimo y con esmero. Te frotas los ojos, no, no estás en Londres. Pero para entonces, ya la personalidad de este sitio te ha absorbido. Caminas y observas fascinado.

Algunos de los curiosos locales que podréis encontrar en este patio de cuento son las tiendas de Mimoki (famosa por sus tocados), TheWorkShop Flores o la de Sister Jane, una tienda de ropa de claro carácter retro donde llama la atención la presencia de un pequeño tocador/laboratorio. Detrás de él podemos ver a una chica, se trata de Ana Corsini, una alquimista del Siglo XXI que crea perfumes personalizados, al gusto de cada uno, mezclando fragancias y aromas. Ver como lo hace y su material de trabajo es realmente curioso. Muy poca gente en España se dedica a ésto.

Pasar un rato por este mágico lugar es seguramente la forma más económica de viajar a Londres sin movernos de Madrid y sin tener que pasar tediosos controles de seguridad del aeropuerto. Altamente recomendable. Desde luego, ojalá que todas las veces que me toca acompañar a alguien me descubrieran un sitio como éste.

El espantapájaros de la Gran Vía

Fue bautizado como “El edificio más alto de la nación y de Europa” en un claro ejemplo de propaganda franquista tras su construcción, en 1953, y ahora medio siglo después aguarda silencioso, en un enclave privilegiado, a que alguien le devuelva el esplendor y apogeo al que estuvo acostumbrado desde su concepción.

Cada vez que paso por debajo del Edificio España pienso lo mismo, la gestión de este gigante de hormigón es un claro ejemplo de la situación del país. Cuando las cosas se hacen sin cabeza pasa lo que pasa, no me imagino en mitad de la Quinta Avenida o de los Campos Elíseos un edificio de esas características vacío, desaprovechado, sin gente en su interior dotándolo de vida. Una oportunidad inmobiliaria que nadie ha sabido gestionar. Un monstruo de 25 plantas que podría albergar cientos de viviendas absolutamente diáfano. Incomprensible.

Se trata del duodécimo edificio más alto de la capital y hasta 2006 albergó al Hotel Crowne Plaza además de viviendas y oficinas. Sucedió lo que suele ocurrir en la mayoría de estos casos, la dejadez de unos y los empeños de otros fueron deshabitando este símbolo de Madrid hasta dejarlo como lo vemos actualmente.

Su construcción comenzó en 1948 y finalizó en 1953, su fachada y estilo arquitectónico recuerda mucho a los grandes bloques de apartamentos que podemos admirar en Manhattan y es que sus arquitectos tomaron como referencia el Rockefeller Plaza para su construcción. En sus años dorados llegó a tener incluso una discoteca en la azotea con piscina. Ubicado en el nexo de unión entre Gran Vía y Princesa y junto a la Torre Madrid, a sus pies se extiende la Plaza de España, ¿Se puede estar mejor ubicado?

En 2006 el Grupo Santander decidió comprarlo por un precio de 300 millones de euros para darle un lavado de cara y convertirlo en un bloque de exclusivos apartamentos. La explosión de la burbuja inmobiliaria se llevó por delante este proyecto mastodóntico que debería de haberse puesto en marcha en 2010.

Como os digo, es una verdadera lástima ver como este magnífico rascacielos se encuentra olvidado y vacío…bueno no, parece que vacío del todo no está ya que hay quienes aseguran que en la planta 14 habita un fantasma, los últimos trabajadores que desempeñaron labores de desescombro en el bloque aseguran que los ascensores se abrían y cerraban a su antojo y que sucedían cosas extrañas en su interior. Puede que fuesen espectros, quien sabe, o quizás el alma de este edificio, pidiendo a gritos que alguien lo recupere y lo devuelva a la vida.

Templo de Debod

Hoy me he dado un paseo por uno de los lugares más mágicos de Madrid, el Templo de Debod, una construcción egipcia que guarda una curiosa historia que no tardaré mucho en desvelaros.

Acostumbrado a verlo siempre lleno de gente hoy he tenido la ocasión de disfrutarlo casi de forma exclusiva. La verdad es que 2.200 años después de su construcción sigue luciendo impresionante. Una parada que no puede faltar en ninguna visita a Madrid…

El Modernismo que aún perdura en Madrid

Hoy os invito a dar un paseo por la Calle Fernando VI, en Chueca, para descubrir uno de los edificios más bonitos que tiene Madrid. Caminando por esta calle, perpendicular a Hortaleza y próxima a la estación de Alonso Martinez, aguarda el Palacio Longoria, más conocido por ser la actual sede de la SGAE. Uno de los escasos ejemplos de arquitectura modernista que tenemos en la capital pero que representa esta corriente artística como pocos.

Recuerdo la primera vez que me topé con este edificio, iba caminando sin un rumbo claro, callejeando hasta que una fachada llena de curvas y formas suaves llamó mi atención. Me acerque para contemplarlo al detalle, para disfrutarlo. Era como si un alfarero gigante hubiese cogido el palacio y lo hubiese moldeado a su antojo, suavemente, como si se tratase de una gran construcción de arcilla.

La balaustrada de la terraza principal, los adornos vegetales que decoran todas sus ventanas hacen de ‘La Tarta’, como le llaman los madrileños, un edificio único que parece desubicado, fuera de contexto. En Barcelona, el modernismo, espoleado por el genio de Gaudí, se apoderó por completo de la ciudad, dándole ese aspecto que todavía hoy refleja. Sin embargo, en Madrid esta corriente no tuvo tanta aceptación y los ejemplos de edificios claramente modernistas se pueden contar con los dedos de una mano.

La casa-palacio fue ordenada construir por Javier González Longoria, un boyante hombre de negocios que encargó el proyecto en 1902 al arquitecto José Grases, quien la finalizó dos años más tarde. Sus primeros inquilinos no pudieron habitar mucho tiempo la casa y se la vendieron al dentista de Alfonso XIII por 500.000 pesetas de la época. Desde 1950 es la sede de la polémica Sociedad General de Autores de España, la SGAE.

En el interior del edificio destaca una impresionante escalera imperial, realizada con una barandilla de forja, que reina en el espacio central de la entrada. Es una pena que este palacio no esté abierto al público aunque en eventos, como la Semana de la Arquitectura, hacen visitas guiadas. Yo tuve la ocasión de poder disfrutarlo desde dentro cuando acudí a la capilla ardiente de Antonio Vega, cantante de Nacha Pop. Aquel día tuve la oportunidad de despedir a un genio y de conocer las entrañas de este peculiar palacio.