Miles de personas pasan a diario por estos vericuetos sin reparar en su extraordinaria belleza. El camino más inteligente de la Puerta del Sol a la Plaza Mayor, dos de los faros turísticos más reclamados de Madrid, se hace casi de manera obligatoria por la Calle Postas y la Calle de la Sal. Un entorno alegre y colorido, lleno de guiños simpáticos y secretos. Pocos sitios pueden presumir de tanto en tan poco.
Sin duda, casi todas las fugaces miradas pasan por la adornada fachada de la Posada del Peine, del que las malas lenguas comentan, es el hotel más antiguo de España. Quien haya caminado por aquí con detenimiento, habrá saludado a un relojero hecho por Mingote, a una de las tiendas más estrechas de la capital, al estabelcimiento más diminuto de la Villa o a los personajes, pintados sobre una fachada, de la célebre obra Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós.
Este cruce de caminos es un hervidero de secretos, lo que sucede es que, su continuo avance de gente hace que aceleremos el paso sin casi percatarnos de todo lo bonito que nos rodea. En esta bonita fotografía de Gustavo Alterio nos situamos casi a ras de suelo para levantar la mirada y ver cómo, estos bonitos edificios conviven con el azul eléctrico de Madrid. No menosprecies este camino de paso y admíralo como es debido. No te puedes imaginar la de sorpresas que en él
Siempre he dicho que Madrid es un estado de ánimo y rincones com éste me dan la razón. Paseos que te alegran, te dibujan una sonrisa y te voltean el alma. Sensaciones que sólo las más hermosas fotografías, cómo ésta, están capacitadas para transmitir.

Colores en Madrid
te aguardan.
1 comentario
Plaza del Sol? Creo que se ha colado una errata… preciosa imagen y precioso rincón, por otra parte. Gracias por el regalo diario.