Sin duda, las fotos antiguas de Madrid que más me gustan son las que dan prioridad a las personas sobre la ciudad, las que nos obligan a centrar nuestro interés en figuras anónimas, las que nos incitan a inventar vidas y suponer. Y si hay un lugar en Madrid donde siempre ha habido gente a raudales, ése es la Puerta del Sol. Caminemos por la línea del tiempo hasta retroceder una décadas para vislumbrar en blanco y negro al corazón de la Villa.

Lo admito. No me gusta en lo que ha mutado la Puerta del Sol, ha perdido alma y nobleza, desazón que va en aumento cuando uno ve fotografías como la que nos ocupa esta ocasión. Una plaza con gente elegante, con gusto, donde si nos fijamos nos vamos a ver ni un solo papel en el suelo ¡Ojalá fuera así ahora! Madrid era un bonito escenario por el que dejarse ver.

El gran punto de interés y elemento sorpresa de esta imagen es el templete que estuvo en la Puerta del Sol hasta 1933. Resulta curioso que en la actualidad todas nuestras miradas se posen en ese desaparecido elemento mientras que, en aquel momento, nadie parecía prestarle importante, habituados a su presencia. Entre los corrillos de peatones y aquellos nombres anónimos destacan dos operarios subidos a sendas escalas.  En primer término, un grupo de individuos mantienen una conversación en la que más de uno desearíamos participar.

Aquella Puerta del Sol estaba reluciente, la gente la cuidaba y se sentía en parte responsable de su salud. Una gente que, sin importar clase social o estamento, siempre vestía de forma pomposa y delicada. Ojalá el espíritu de aquel Madrid esucitase aunque sea un poquito. ¿O no?

Puerta del Sol, Madrid antigua

Share.

About Author

Leave A Reply