La fotografía antigua de hoy supongo que os habrá llamado la atención imagino que por el mismo motivo que a mí y es que, no es muy habitual encontrar recuerdos de este calibre en Madrid, en los que la ciudad aparece bañada por la noche. Imágenes añejas bajo la luz del día hay infinitas pero nocturnas, se cuentan con los dedos de las manos. Pero si además, son tan majestuosas y claras, como la que nos toca, el impacto es todavía mayor.

Estamos en el punto más solicitado de la ciudad, la confluencia de Gran Vía con Alcalá. La postal más repetida, el horizonte donde unos cuantos hemos dejado corretear nuestros sueños zigzagueando entre las hileras de impacientes coches. Nos detenemos ante ese caos ordenado, ante esa ciudad que se mantiene bien despierta, sin mostrar el más mínimo interés en las manecillas del reloj. No le importa que ya cada vez falte menos para que arranque la madrugada. Ella, entre esos ritmos taciturnos, se desenvuelve mejor que nadie.

Casi lo primero que uno advierte al ver la foto es que parece casi un nacimiento de los muchos que adornan los hogares de España en Navidades. Da la sensación de que alguien puso con mimo aquellas luces y neones para que todo tuviera un aspecto inmaculado en la foto. Y en parte pudo ser así ya que si nos fijamos en el Edificio Metrópolis podemos leer “España saluda a IKE”. Esto acota esta fotografía al año 1959 cuando el Presidente de los Estados Unidos, Ike Eisenhower visitó Madrid y la ciudad, como vemos, le recibió con sus más lustrosas galas y su mejor sonrisa.

Esta fantástica foto es de Juan Miguel Pando Barrero, otro de los intrépidos objetivos que dio buena cuenta de las calles de Madrid, especialmente durante la Guerra Civil. La instantánea de esta semana se tomó mucho después de aquello, cuando la urbe iba recobrando sus pulsaciones y buenos propósitos. Cuando Madrid se puso de nuevo el mejor y más elegante de sus trajes para no volver a quitárselo nunca más.

Gran Vía antigua

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