En la Calle del Sacramento nº7 encontramos un bloque de viviendas de ladrillo, su trazo relativamente moderno llama la atención en un contexto tan histórico. Si nos animamos a cruzar la cancela roja que lo parapeta, descendemos a unas escaleras que nos conducen a un espacio embriagador, el Huerto de las Monjas.
Su nombre conlleva asombro pero responde a una sencilla explicación. Este oasis de paz urbano fue en su origen un huerto donde las monjas bernardas descalzas plantaban verduras y hortalizas. Resulta que este coqueto recinto y las casas que lo flanquean fueron en su origen el convento del Santísimo Sacramento. Una institución fundada en el año 1615 gracias al impulso y apoyo de don Cristóbal Gómez de Sandoval, duque de Uceda y válido de Felipe III. El convento resultó gravemente dañado durante la guerra civil española y, sus últimas ruinas, se tiraron abajo en 1976.
Sin embargo, se optó por mantener un retazo de su primitiva vida, dejando este elemento tan cautivador, que de algún modo nos remite al Siglo de Oro. Un lugar de Madrid cuya existencia sigue transcurriendo de manera muy sigiliosa. Muy pocos lo conocen por lo que es complicado encontrártelo con gente cuando lo vayas a visitar. Resulta maravilloso aproximarse por la calle, atravesar la verja y descender a una herencia tan viva del Siglo XVII.
Hoy en su suelo ya no crecen hortalizas, en su lugar vemos varios árboles frutales y una vistosa fuente central, la Fuente de la Priora. Un bello recuerdo de aquel Madrid que se nos fue borrando, como un atardecer otoñal. Un terreno que antes abastecía de alimentos y que ahora proporciona un bien tanto o más preciado, el silencio.
Si queréis conocer más lugares como éste os recomiendo mi libro ‘Paseos Secretos de Madrid‘