Madrid, al igual que otras ciudades, sufre un problema severo de pérdida de la memoria inmediata. Me ocurre un montón de veces que camino por una calle, veo una tienda nueva y de pronto pienso ¿Y qué había antes aquí? Reviso en mis archivos memorísticos y pocas veces encuentro respuesta. Es el inconveniente de la enorme rotación de negocios que sufren todas las grandes ciudades. Sólo unos pocos resisten con fuerza los nuevos tiempo y la ley de la oferta y la demanda no respeta a nadie.
Es lo que le ocurrió a la que fue durante mucho tiempo, la tienda más antigua de la Plaza Mayor, Pañerías Bustillo. Para que os hagáis una idea, en el momento en el que abrió, en 1790, reinaba en España Carlos IV, aún quedaban 18 años para que llegase la Guerra de la Independencia, así que os podéis imaginar lo mucho que vivió y calló este local ubicado en el número 4 de nuestra magnífica plaza.
Esta emblemática tienda de paños llegó a tener otras dos tiendas más repartidas por distintos puntos de Madrid. Sin embargo, como podéis intuir, la venta de paños no da en los tiempos actuales para soportar grandes alquileres así que finalmente se vio obligada a cerrar. En el local donde estuvo abierta durante más de dos siglos hoy nos topamos con la Cervecería Éboli, uno de los muchos restaurantes que bordean la plaza, casi el único tipo de negocio capaz de resistir en la actualidad, al mercado actual, y a la memoria de sus hambrientos paseantes.
Fotos de la entrada sacadas de Tripadvisor y CerveceríaEboli
1 comentario
No solo la cervecería. La tiendecita Gritos de Madrid, ocupa al lado, el hueco del numero 6 de la plaza, que también era parte de las pañerias. Y lleva abierta desde 1985, por la familia Fernández.