Una de las cosas que más disfruto haciendo mientras paseo por Madrid es divagar sobre personas o acontecimientos que habrán transcurrido por la ciudad mucho antes de que llegásemos nosotros. Por desgracia, luego uno se topa con imágenes como la que comparto hoy y comprueba que demasiadas veces la realidad supera cualquier ficción.
Como digo, me gusta imaginar la ciudad como un escenario vivo que, generación tras generación, se va adaptando a nuevas inquietudes y estilos de vida. En base a estos preceptos fantaseo con personajes anónimos, sin rostro ni nombre, que décadas o siglos antes surcaron las mismas calles que yo. Mentalmente trato de reconstruir sus vidas en un Madrid que reconozco y asumo, un juego que se termina bruscamente cuando uno contempla fotos de la despreciable Guerra Civil.
En ellas se observa un Madrid quebrado, un pueblo al que parece faltarle el aliento, una ciudad que nos brinda una cara bien distinta a la que nos tiene acostumbrados. En la fotografía de esta semana, tomada desde la Red de San Luis, al final de la Calle Montera, se admira lo que en la actualidad es vida a borbotones y puro movimiento. Una Gran Vía cuyo tráfico, tanto en aceras como en asfalto, nunca cesa. En 1936, año de la foto, esta dinámica se vio bruscamente partida en dos. Una imagen vale más que mil palabras.
Me duele transportarme a esa fachada del Edificio de Telefónica sobre la que me he apoyado tantas y tantas veces, sin esperar a nadie, disfrutando de un espectáculo llamado Gran Vía y verla así: cubierta de ladrillos, con sus escaparates hechos añicos y su puerta amargamente tapiada. Una realidad radicalmente opuesta a la que hoy vivimos. Imágenes así no suelen aparecer en mis juegos mentales. Un choque de percepciones difícil de digerir.
Seguramente ninguno de los adjetivos con los que hoy etiquetaríamos a este trozo de Madrid se podría aplicar en esta instantánea. Una Gran Vía, bautizada durante el conflicto la ‘Avenida de los Obuses‘ , yerma y alicaída. En la que los coches y las tiendas se vieron sustituidos por ladrillos y sacos terreros. Documentos de este tipo son testigos únicos de enorme valor y que hablan por sí solos. Nuestras imaginaciones nunca serían capaces de dibujar, por sí solas, viñetas tan atroces.
5 comentarios
Sube las fotos más grandes por favor. 570×385 pixels es un tamaño insuficiente casi para un teléfono.
Nos gustan mucho estos viajes al pasado (no tan lejano) que planteas. También los revivimos, a veces, en nuestros «pateos» por la ciudad. La Gran Vía, además de escenario de guerra, fue durante aquel tiempo, el ejemplo del humor castizo… Lo de Avenida de los Obuses es un ejemplo. Dicen que el Edificio de la Telefónica fue objetivo prioritario porque desde allí emitían muchos corresponsales extranjeros y las tropas franquistas consideraron que su caída sería un golpe moral para la resistencia de la ciudad.
La Gran Vía que hoy subes, la vivió mi madre cuando era pequeña. Ella vivía en una calle a espaldas de la telefónica. Voy a observarla despacio porque puede que los ojos de mi madre, se paseasen por esos ladrillos y sacos de tierra.
Tu página me parece estupenda. Encuentro ,únicamente, algo mejorable. Como dicen más arriba ¿sería posible que las fotos tengan un tamaño mayor?
Gracias
muy interesante para la historia d Madrid.Muchas gracias por esta foto antigua.Me encanta