La magia de rebuscar entre tantas fotos antiguas es que te permite construir mentalmente otro Madrid diferente al que hoy en día pisas, con otras gentes y con otros elementos urbanos que ya nos dejaron hace tiempo. Es algo que nos sucede al atravesar la apacible Plaza de Olavide y echar una mirada al pasado.
Nos cuesta ahora imaginar, más sobre todo con el buen tiempo, esta explanada llena de terrazas y bullicio y con un montón de niños correteando ocupada por un enorme edificio de hierro y hormigón. Así estuvo cuatro décadas, desde 1934 hasta 1974 cuando el Mercado de Olavide mandaba sobre esta superficie.
El edificio, de planta octogonal, tenía una techo que se iba escalonando hasta dar a un patio central. Un espectacular diseño que a mí, al ver las fotos, me da la sensación de ser un OVNI que acaba de aterrizar en el centro de Chamberí sin saber muy bien dónde ha caído. Con el paso de los años algunos puestos del mercado fueron cerrando y se busco una solución. Su eliminación trajo mucha polémica ya que la gente del barrio estaba a favor de que lo dejasen tal y como estaba y buscarle una nueva función, pero no fue posible.
Un 2 de noviembre de 1974, mediante una voladura controlada, desaparecía para siempre el Mercado de Olavide y con él las cientos de historias, sensaciones y vivencias acaecidas entre sus muros. Después comenzaron las obras para construir un paso subterráneo, un parking y la plaza que hoy conocemos. Otro elemento más que cayó en el olvido, como caerán muchos de los que ahora disfrutamos. Es ley de vida.
Imágenes del antiguo Mercado de Olavide sacadas de www.viendomadrid.com
Actual estado de la Plaza de Olavide
6 comentarios
Hace un año que tengo que pasar por Olavide todos los días para ir a clase y jamás hubiese imaginado que ahí había un mercado.
Genial trabajo 😀
Viví mi infancia y adolescencia en Chamberí, en casa de mis abuelos, donde mi abuela sigue habitando en uno de los edificios que se asoman a la plaza de Olavide. La voladura del mercado fue todo un acontecimiento para el barrio, de amargo recuerdo para la mayoría que lo viviera y aún puede recordarlo, pues no se entendía cómo se había tomado tal decisión, en lugar de acometer la reparación y remodelación del propio mercado. No es que fuera un edificio con una gran historia – se había construido en 1934- pero está claro que la manera en que se ejecutó su desaparición fue de una radicalidad impensable hoy día. En este blog que he encontrado (http://laplazadeolavide.blogspot.com.es/2011/02/algo-de-historia-de-la-plaza-de-olavide.html) tenéis más fotos y detalles.
A pesar de que nadie dio orden de desalojo, nuestros mayores nos sacaron de casa a mis primos, a mi hermano y a mí la mañana de la voladura, para alejarnos de cualquier peligro. Mi tío se quedó entre la multitud grabando el momento en su cámara super 8. Aun así, pudimos escuchar el zambombazo de la explosión desde la plaza de Chamberí donde jugábamos.
La llegada de la incipiente democracia y, sobre todo, las inminentes elecciones, dieron un acelerón muy forzado a la finalización de los trabajos de reconstrucción: dos años de obras dieron a luz tras la demolición a una plaza fea, mal hecha y casposa que tuvo que ser reparada y remodelada en varias ocasiones pues la estructura inferior que aloja un parking subterráneo no soportaba aquel diseño.
La mayoría de los comerciantes del mercado fueron trasladados a unas galerías comerciales que aún existen en la calle Alburquerque, que también ha pasado las suyas en los últimos tiempos; algunos de ellos se enfrentaban optimistas al traslado pues las condiciones sanitarias y de mantenimiento del mercado no eran precisamente óptimas. Un dato curioso es que tanto negocios como casas particulares se llenaron de gatos, la mía incluida, debido a la invasión de ratones que sufrió el barrio tras la demolición.
Ratones incluidos, para nosotros, como niños, todo aquello fue una aventura y acontecimiento.
Hoy parece que la plaza y su entorno están asentadas y tras la última remodelación de hace ya varios años, parece haber encontrado su personalidad.
Buenas noches:
Que recuerdos el ver estas fotos de casualidad. Viví en la calle Trafalgar, en lo que hace al menos dos años, ultima vez que estuve por allí, era un edificio sin terminar del cual se conservaba la fachada.
Mis juegos de niño lo eran entre las bobinas de papel del BOE, o alrededor de la plaza.
Parece que la estoy viendo, el mercado, con sus puestos perfectamente definidos, cada uno en una planta. Recuerdo que los que más me llamaban la atención por aquel entonces eran los de pescado, quizás porque en casa no se veían esos mangares.
Cuando la derribaron decían que lo habían hecho con dinamita porque no tenía tornillos para enlazar los diversos elementos, sino que eran remaches, y no se podían cortar.
Muchos recuerdos juntos.
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Tengo muy buenos pues nací y sigo en este maravilloso barrio. Recuerdo de niño que alquilabamos en una tienda de la misma plaza Olavide las bicicletas que dábamos paseos por el barrio y sobretodo al rededor del mercado
Claro que sí, era el alquiler de Gumersindo, conocido en el barrio como «el Chichi» y que también reparaba algunas motocicletas, yo nací en el nº12 y allí estuve viviendo hasta el año 88. Recuerdo que a última hora vinieron a rebajar mucho la cantidad de explosivo, ya que si lo llegan a detonar como lo tenían previsto fácilmente hubiesen volado las manzanas de alrededor, unos artistas los maestros artificieros que lo habían programado.