Junto a la Plaza de Oriente reposa uno de los grandes misterios de Madrid uno que precisamente se produce hoy, 27 de julio, y así se viene produciendo desde hace siglos. Para ponerle cara tenemos que encaminarnos al Real Monasterio de la Encarnación, allí, un milagro o suceso inexplicable congrega, año tras año a miles de personas.
Primero hablemos del escenario. Este monasterio, fundado por la reina Margarita de Austria, quien fuese esposa de Felipe III a inicios del Siglo XVII, cuenta con un patrimonio excepcional que lo hacen una de las visitas más recomendables de la ciudad. Sin embargo, de toda su amplia colección nosotros vamos a quedarnos con un objeto casi único en el mundo y que todos los años provoca la llegada masiva de miles de fieles. Se trata de una ampolla que contiene unas gotas de sangre de San Pantaleón y que, cada 27 de julio, coincidiendo con la festividad del santo, sufre una curiosa metamorfosis.
Antes de entrar en materia diremos que San Pantaleón nació en la actual Turquía a finales del Siglo III y fue martirizado por abrazar la fe cristiana. Decapitado, el 27 de julio del año 305, cuenta la tradición que varios fieles recogieron con algodones la sangre del santo y la guardaron en distintas ampollas que terminaron repartidas por todo el continente. Una de ellas llegó a Madrid en 1611 a modo de regalo. Pronto, aquel presente comenzó a levantar comentarios por el suceso que se producía y aún hoy produce. Durante todo el año permanece en estado sólido y con una tonalidad oscura, no obstante, horas antes de que llegue el 27 de julio la sangre se empieza a licuar y adquiere un color más brillante. Un prodigio que se puede admirar, cara a cara, y que dura 48 horas, cuando la sangre se vuelve a solidificar.
En el Siglo XVII la propia Inquisición quiso ahondar en el tema para ver si había algún tipo de truco o engaño. Por ello envió a distintos testigos durante siete años consecutivos, desde 1723 a 1730, para que diesen fe de lo que allí ocurría y certificasen que no había ni trampa ni cartón. Estas personas, de la confianza del Santo Oficio dieron constancia del milagro y así quedó reflejado en un documento titulado Información sobre la licuación de la sangre del glorioso mártir de San Pantaleón, fechado en el 30 de agosto de 1730 y que aún conservan en el monasterio.
La tímida y calmada vida de este lugar, donde aún habitan unas pocas monjas, se ve interrumpida cada 27 de julio. Es entonces cuando miles e personas desfilan por su iglesia y agolpan en su acceso para apreciar en primera persona la ampolla del santo y la materialización de un misterio inexplicable que acude, puntual, a su cita con el calendario en el corazón de Madrid. Y mejor que sigua siendo así ya que las contadas excepciones que no se ha producido se rumorea que siempre ha sido para vaticinar algún tipo de desgracia.
Éste «secreto» aparece recogido en el itinerario Misterios de la Villa que se incluye en mi libro Paseos Secretos de Madrid.
¡Podéis acercaros al monasterio a ver con vuestros propios ojos la ampolla!
(Foto de la portada de Víctor Lerena)
7 comentarios
Hola! Sabes hasta qué hora se puede ir?
El miércoles 27 de julio, festividad de san Pantaleón, las puertas del templo del monasterio de la Encarnación se abrirán desde las 7:45 hasta las 14:00 horas, por la mañana, y desde las 17:00 hasta las 22:00 horas por la tarde. Por la mañana, se celebrará la Eucaristía a las 8:30, a las 10:30 y a las 12:00 horas; y por la tarde, a las 19 y a las 20:00 horas.
http://www.archimadrid.org/index.php/oficina-de-informacion/noticias-madrid/item/86200-actos-liturgicos-en-honor-a-san-pantaleon-en-el-monasterio-de-la-encarnacion
Muy bonita historia la próxima vez que visite Madrid visitare esos lugares.
Conocía esa hostoria pero me sigue impresionando
Cuando se cambió del calendario juliano al gregoriano en octubre de 1582, se quitaron 10 días. En 1583, ¿también se licuó el 27 de julio? ¿O la sangre de San Pantaleón decidió cambiar de calendario más adelante, como los ortodoxos?
La sangre es más lista de lo que creemos, también los años bisiestos se las apaña para bailar las fechas.
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