El adiós mudo de un símbolo de la ciudad

Hace poco más de un año la Puerta del Sol perdió a uno de sus espectadores más famosos y según pasa el tiempo, parece cada vez más claro que nunca lo volverá a recuperar. El 18 de abril de 2011 unos operarios comenzaron a desmontar el cartel luminoso de Tío Pepe que llevaba 76 años viendo palpitar, en primera fila, el corazón madrileño. La excusa era darle un buen lavado de cara. Ahora al futuro inquilino del edificio, el gigante tecnológico Apple, parece que la presencia de la botella con chaquetilla y guitarra no le convence mucho. Un contrapunto demasiado castizo para una imagen tan ‘cool’.

En 1935 sus 70 toneladas de peso se subieron a lo más alto del ya desaparecido Hotel París, uno de los más chics de la ciudad. Desde ahí fue testigo de excepción de todos los acontecimientos que fueron sacudiendo la ciudad. Sobrevivió a la Guerra Civil, se asustó con el Golpe de Estado, se tragó más que nadie el polvo de las obras de Sol y enmudeció al ver como la gente tomaba la plaza un 15-M que nunca olvidará.

Una curiosidad que poca gente sabe es que la imagen original de la botella tenía un brazo levantado, una postura polémica que el Gobierno de la Segunda República cortó de raíz. Tras una pequeña intervención se le pusieron los brazos en jarra tal y como podíamos apreciar hasta hace unos meses.

A partir de 1950 observó en silencio como la gente comenzaba a detenerse en torno a una baldosa muy especial, el ‘Kilómetro 0‘. Años más tarde, en 1967 la escultura de un plantígrado apoyado en un árbol empezó a robarle miradas. Desde las alturas le llegó algún eco que le sacó de dudas. Se trataba del símbolo de la ciudad, ‘el Oso y el Madroño‘.

Ya para entonces el luminoso de Tío Pepe se había ganado otro huequecito, éste en corazón de los madrileños. Pasó a formar parte de la memoria colectiva de la ciudad. En 2009, Gallardón, entonces alcalde de la ciudad llevó a cabo una Ordenanza de Publicidad Exterior cuyo objetivo era combatir la contaminación lumínica. Cientos de neones fueron retirados y sólo cuatro elegidos sobrevivieron por su valor simbólico, éste fue uno de ellos.

Parecía que nada ni nadie podría con él pero una vez más, nos equivocamos. Hace unos años nos enteramos que la empresa californiana Apple tenía pensado un desembarco a lo grande en Madrid. Sus planes pasaban por alquilar un edificio entero en el centro neurálgico de la ciudad. Un día, sin previo aviso, se comenzó a desmontar el histórico anuncio con la idea de hacerle una profunda reparación. Todo apunta a que el cartel fue víctima de otro desalojo, éste más pacífico y silencioso que a los que estamos acostumbrados…Ésta vez no hubo lagrimas, el abuso se cometió a la luz del día y a la vista de todos. Ahora la estructura aguarda en un almacén de Alcalá de Henares, esperando a que alguien le vuelva a subir a las alturas.

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5 comentarios

  1. Hola Manuel,
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  2. Pingback: Otro icono que nos roban | Secretos de Madrid

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    O luminoso ainda marca meu coração de quando conheci Madrid. Esteja onde estiver, aquela imagem sempre estará nas minhas lembranças.

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