Caótica, despierta, dinámica… la Puerta del Sol es el latido de Madrid, su pulso, su estado de ánimo. Encrucijada de caminos y senderos, es complicado pasar por la ciudad y no cruzarse con ella en algún momento. Tantas veces citada y alabada, su evolución ha ido de la mano del crecimiento de la propia urbe, un desarrollo que ha generado que al o largo de la historia haya presentado numerosos aspectos bien distintos.
Desde sus estrechos inicios hasta su gris y pesada imagen actual ha habido muchos pasos intermedios, una enorme reforma que triplicó su superficie, tráfico de todo tipo, dársenas de autobuses, bocas de metro…Elementos de quita y pon, de vida caduca que no han podido alterar su imagen y esencia.
En el secreto de hoy vamos a repasar los distintos “looks” que ha tenido la Puerta del Sol a lo largo de su vida. Algunos os sonarán más, otros los desconoceréis. En cualquier caso, confñio en que este artículo os haga intuir una pequeña parte de la cambiante biografía que ha tenido esta cambiante plaza.
Ya a finales del Siglo XVII, la Puerta del Sol se mostraba concurrida…. (Foto sacada del blog Historia Urbana de Madrid)
Así pintó Luis Paret en 1773 la plaza más bonita de Madrid, una escena protagonizada por la Iglesia del Buen Suceso, donde hoy se levanta la tienda de Apple.
Aquí la vemos un poco más adelante, en 1848, en un momento previo a la intensa reforma que la transformó.
A mediados del Siglo XIX podemos disfrutar ya de las primeras fotos de la Puerta del Sol, pronto su aspecto cmabiaría de forma radical….
Hacia 1870… ¡Que tranquilita se le veía!
En 1900 la Puerta del Sol ya vemos que tiener su trazado actual, aunque el paisaje que muestra es bien distinto, cada vez con más jaleo y vida.
En los años 20 ya empezamos a ver los primeros vehículos a motor compartiendo espacio con los peatones y bastantes anuncios…¡Ya era el primer gran escaparate de la ciudad!
En los años 30 había casi más coches que personas ¿Cómo se las apañarían?
En los años cincuenta ya vemos una Puerta del Sol más ordenada urbanísticamente hablando, con una enorme glorieta central.
Me parece llamativo el hecho de que durante un tiempo hubiese varias dársenas para autobuses…
En los años 50 llegó el color y los peatones perdieron, definitivamente, su hueco en la plaza.
Ya casi en los tiempos actuales, en 2003, durante un tiempo vemos que en la Puerta del Sol hubo unas especies de columnas. Yo creo que no las llegué a conocer… Había dos carriles para el tráfico rodado, todavía se conservaban las dársenas y además, algún elemento verde daba algo de color a la plaza…
Y así, poquito a poco, es como llegamos al aspecto actual de la Puerta del Sol, donde la gran novedad es el acceso al metro en forma de caparazón acristalado.
2 comentarios
Si os fijais, la reforma del 86 dio más espacio al peatón, pero a costa de reordenar un poco el espacio, quitando las fuentes y los jardines centrales. Seguían pasando casi los mismos coches, aunque bien es cierto que en esa época se implantó la restricción de circulación privada durante la jornada laboral (que muchos se saltaban por la falta de vigilancia).
Esta reforma en cambio sí es atrevida y se decanta claramente por devolver al peatón el espacio que le fue confiscado en los años 50. Queda como dice Fer la espinita de que la peatonalización no haya sido total. Pero viendo la evolución, antes o después, la próxima reforma se llevará todos los humos y ruidos de esta plaza. Cuestión de tiempo.
Cuando llegué a España en el año 1976 (un año después de la muerte de Franco), la estatua del Oso y el Madroño estaba donde se ve en la foto nº 15. Se ve en esta foto unos árboles (madroños) naturales en la tierra (no enmacetados). Echo de menos aquel año (1976) porque España se estaba empezando a salir del franquismo hacia la democracia. Viví la transición plena y completamente… y me ecantó aquello. Madrid, para mí, era como un «pueblo» comparado con otros países europeos en los 70 como Reino Unido, Francia… Los billetes de Metro costaban 6 pesetas (laborales) y un poco más (no me acuerdo cuáto era en pesetas los fines de semana y días festivos. Todo era diferente (Spain is different como se suele decir) para mí en esa época. España estaba entre 10-20 años atrasada en comparación con el resto de Europa, pero me gustó. Era toda una experiencia nueva para mí con anécdotas curiosas: Calamares fritos (pensaba que eran Aros de Cebollas fritas), mojar churros en un café con leche, tirar servilletas en el suelo de los bares eran cosas normales y no pasaba nada. Lo podías hacer con toda tranquilidad del mundo y un largo etc. como para contarlos aquí.
En fin, Madrid con todas sus inconveniencias y virtudes en aquella época y hasta ahora, ¡ME MOLA! como dice la juventud.