Barcas en el Retiro, MadridDesde que dio comienzo este proyecto llamado Secretos de Madrid hace poquito más de dos años me las he visto y deseado para acceder a alguno de los sitios más recónditos e inaccesibles de la ciudad. También he apurado mis paseos por la Villa y Corte tratando de explorar cada rincón de la urbe, en busca de detalles que inspirasen mis historias.

Sin embargo en mi empeño por sacar a la luz y compartir aquellas vivencias de la capital más desconocidas he obviado experiencias que podríamos clasificar como “típicas” relacionadas con Madrid. Quizás a la gente le sorprenda pero es así, existen muchas vivencias que, a día de hoy, se me siguen resistiendo a pesar de ser cuestiones que la amplia mayoría, en algún que otro momento habrá experimentado. Poco a poco trataré de ir tachando elementos de esta ruborizan lista.

1 – Montar en una barca del Parque del Retiro

No hay vez que no pase junto a este solicitado estanque y no me pregunte a mí mismo cuando seré yo el que, a golpe de remo, transite por este lugar habitado por enormes carpas y en donde antaño se hacían representaciones de batallas navales. Una de las estampas más turísticas que se pueden ver en Madrid y que me es altamente esquiva. Es una de las asuntos de la lista que más me apetece hacer pero nunca encuentro el momento oportuno.

Barcas en el Retiro, Madrid

 

2 – Probar los dulces de La Mallorquina

Tantas y tantas veces caminando junto a su enorme local en la Puerta del Sol y jamás he probado alguna de sus supuestas exquisiteces. Entre la mucha gente que tiene siempre y que, al ir paseando no me parece cómodo el ir comiendo, resulta que al final nunca me animo a probar alguno de sus productos que llevan fascinando y endulzando a los madrileños desde 1894.

La Mallorquina. en Madrid

 

3 – Comer un sándwich de Rodilla

Si hay alguna cadena de comida rápida que se puede denominar ‘castiza’ creo que esa serían los sándwiches Rodilla. Desde mi padre a mucha otra gente siempre me han alabado el sabor y textura de estos pequeños bocados. Imagino que al final, como cuando estoy en Madrid siempre trato de probar cosas distintas o exóticas siempre voy aparcando estos sándwiches. Espero ponerle remedio pronto.

Sándwiches Rodilla

 

4 –Despedir el año en la Puerta del Sol

Desde que me trasladé a Madrid en 2008 no ha habido año que no haya visto las campanadas por la tele en mi salón de Pamplona y no haya sentido envidia de la gente que se da cita en esta céntrica explanada. Pasar la Nochevieja en Madrid es un gusanillo que cada vez más me va creciendo en mi interior y que estoy convencido de que, más pronto que tarde, experimentaré en primera persona.

Nochevieja en Sol, Madrid

 

5 – Entrar en el Palacio Real

Pues sí amigos, he paseado decenas y decenas de veces junto a él, lo he contemplado desde todos sus ángulos, incluso muchas noches me siento a su vera para disfrutarlo en silencio… Sin embargo, jamás he puesto un pie en su interior. Siempre que veo las largas colas de turistas que se forman para su acceso mi afán aventurero se viene abajo y abandono el plan de surcar este majestuoso lugar.

Palacio Real en Madrid

 

 

6 – Comer en la Sidrería Casa Mingo

Otro de los “típicos” de la cocina madrileña que, visita tras visita, se me resisten. Aquí el motivo es claro, me pilla un poco a desmano de mi radio de acción, aún así, tengo más que fichados sus pollos asados de los que hablan maravillas. Un lugar muy concurrido y alabado desde que abriese sus puertas en 1888. Tranquilos que no se me escapa. La próxima vez que me aproxime a ver la Ermita de San Antonio de la Florida ya sé donde me llevarán mis pasos.

Casa Mingo en Madrid

 

7-  Ir a la Sierra de Madrid

Así es, seré directo y claro, no conozco la Sierra de Madrid. La explicación aquí es sencilla. Durante mi vida en la ciudad nunca he tenido coche ya que siempre me he movido en transporte público así que, cuando llegaba el finde, me resultaba complicado hacer una de esas escapadas a la naturaleza que tanto les gustan a los madrileños, huyendo del estrés diario de la gran ciudad. Una lástima porque he visto fotos increíbles de esta zona.

Sierra de Madrid

¿Y tú? Seguro que hay muchos reclamos de la ciudad que se te escapan ¿cuáles son?

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18 comentarios

  1. Pues, verás: yo sí soy de Madrid (y de Cascorro, por más señas, donde viví mis primeros 23 años de vida).
    Y todas tus «asignaturas pendientes» las he disfrutado. Porque sin duda es un disfrute paladear una trufa de la Mallorquina o dar un paseo en barca por el Retiro, o pasear por alguno de los múltiples lugares maravillosos que tiene la Sierra de Madrid, pero no haber visitado el Palacio Real, creo que no te lo voy a perdonar.
    Saludos y gracias por tus magníficos comentarios sobre Madrid.

  2. Rodilla es salmantina no castiza madrileña.

    La Sierra cuando puedas ir te sorprenderá, tiene muchas zonas. Te recomiendo las presillas, unas piscinas naturales con un paisaje inigualable. Eso hay que poderlo tachar ya eh!

  3. Me queda la de Nochevieja, que celebrarla en familia me tira mucho.

    Eso sí, cuidadito con lo de la Sierra de Madrid. Una parte nos corresponde a Madrid, sí, pero no sólo. 😉

  4. A mí también me faltan algunas actividades. De la sierra he podido disfrutar de Cercedilla que tiene una buena piscina natural (recomendada). En cuanto a La Mallorquina, sinceramente no me pareció para tanto. Un saludo y enhorabuena por el blog, para los forasteros como yo es genial.

  5. La Mallorquina también tiene un saloncito en la segunda planta donde sentarse a comer tranquilo. Eso sí, lo dificil es que haya alguna mesa libre!

  6. Yo historiadora del arte tammpoco he entrado jamás a ver el palacio real y eso que los miércoles es gratis y no suele haber mucha gente.
    Has ido al museo cerralbo? A mi me faltan mil cosas por hacer en Madrid, parece que nunca se cansa de sorprenderme!

  7. No te preocupes al final lo que tienes más a mano a veces se escapa…a muchos que vivimos en Madrid nos falta ver alguna cosa.
    Por cierto, rodilla es madrleño, su fundador,salmantino, emigro a Madrid y fundó rodilla

  8. Perdón, pero Rodilla es de Madrid desde 1939. Yo estudié EGB en la escolanía de San Ginés y siempre me gustaron más los de Ferpal en la calle Arenal o los de Viena Capellanes (pusieron uno nuevo también en Arenal cerca de Ópera)

  9. ¿Rodilla? Soy de Madrid a más no poder, y eso no es típico de mi querida ciudad.. Por el resto te animo a que disfrutes de esas experiencias, yo aún no he tachado de mi lista la nochevieja en Sol, pero es que la familia es la familia! Lo mejor para mi es la Mallorquina, ya que soy una golosa, cada vez que voy al centro les hago una visita 🙂

  10. En mi opinión, los sandwiches de Rodilla eran magníficos hace años. Ahora creo que son un fastfood mas, no destacan cómo destacaban hace años.
    Ahora mismo, prefiero los de Olmedo o Viena Capellanes. No conozco los de Ferpal, habrá que probarlos.

  11. Yo de lo más castizo que he hecho es sin duda «aprender» a bailar chotis en la pradera de San Isidro durante la celebración de esta fiesta. Los chulapos y chulapas te enseñan de buen agrado… aunque sin éxito jejeje.

    También te recomiendo probar el licor de madroño en el bar El Madroño. ¡Madrid en vena! Jaja.

    A mí también me quedan muchas cosas pendientes, pero la que más ganas tengo es ir a ver la estación de Chamberí. También me pica el gusanillo de quedarme una nochevieja… pero siendo también de Pamplona, entenderás que me cuesta renunciar a pasar esa noche disfrazada! Jeje.

  12. No te apures, siendo madrileña de nacimiento y buceadora de secretos aún hay cosas que desconozco de la capital y tu página me está ayudando a disfrutarlas.
    De lo que te falta por hacer la bulliciosa Mallorquina es muy recomendable, yo siempre que he podido he disfrutado de las clásicas napolitanas y trufas. Si puedes subir al salón, a pesar de las empinadas escaleras, te encontrarás con una foto antigua, pues mantiene la decoración de hace más de 50 años.
    Otro imprescindible es comer un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor. Hay un local llamado Casa Rua que en mi época de estudiante no era lo que se dice el colmo del glamour y que tuvo un lavado de cara hace pocos años. Es un clásico del Madrid castizo.

    Saludos

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