Las comparaciones dicen que son odiosas. Quizás porque siempre tendemos a realizarlas, por mucho que nuestras intenciones originales sean todo lo contrario. Comparar el panorama gastronómico de Madrid con el de mi Pamplona natal no sería, ni justo ni lógico, pero si es verdad que, culinariamente hablando siempre he tenido una leve preocupación. Resulta que en Madrid el concepto de esos bocados llamados ‘pinchos’, (auténtica alta cocina en miniatura) tan comunes por mi querida tierra norteña, no se estila. Lo sentía así hasta que hace unos días por fin di con la solución a estos sabrosos males. Eso era hasta que di con Deliquio, un lugar que cautiva en las distancias cortas, con el trato familiar y cercano que nos brindan. Un restaurante desenfadado que nos ata con sus ocurrentes sabores y con su amplia carta, en la que afortunadamente han dejado un amplio y merecido espacio a los pinchos. Un destino amoldable a cualquier plan que tenga un único objetivo: comer (muy) bien.
Deliquio lleva cuatro meses abierto en la Calle del Corazón de María 61, muy cerquita de la estación de Metro Alfonso XIII. Esto podría hacernos pensar que su cocina está todavía en el típico periodo de rodaje, de prueba y ensayo. Nada más lejos de la realidad. Deliquio abre las puertas con la experiencia y trabajo previo de La Pinchería, un local que hizo las delicias de sus comensales en la zona de Chamberí y que ahora ha trasladado su filosofía, y buen hacer a esta nueva ubicación.
Empecemos por el continente. Deliquio tiene un cálido y acogedor local en tonos grises que ocupa toda la esquina acristalada del edificio, perfecto para asomar a los ojos de Madrid su propuesta gastronómica, un recetario basado en la cocina española de mercado pero con unas elaboraciones que van un paso más. Siempre buscan en sus platos añadir un elemento que aporte, al sabor conocido y esperado, un nuevo matiz, una chispa que nos sorprenda. Basándose en la calidad de la materia prima y en detalles que les honran y dignifican (como por ejemplo que todo el aceite que se use en su cocina sea de oliva) podríamos etiquetar esta gozada de sitio como un restaurante “gourmet pero asequible”. Con los pies muy en el suelo, la relación calidad precio de este Deliquio es, a todas luces, inmejorable.
Raciones para compartir, ensaladas, carnes y, sobre todo, muchos pinchos. En la carta de Deliquio el abanico es realmente amplio y sin ataduras. Podéis encontrar desde unos excelentes gambones rebozados en panko con mahonesa de mango a una ensalada con setas escabechadas, huevo poché y mahonesa trufada o un épico tartar de atún rojo sin olvidarse de su casi obligatorio secreto ibérico en adobo de la casa. No olvidemos tampoco a la estrella de la carta, la pincheburger que ellos mismos preparan con la carne a la que le inyectan el queso y añaden cebolla caramelizada. Es-pec-ta-cu-lar. ¡Ah! Y postres caseros de verdad, de los que cada cucharada quieres que sea eterna. Como siempre, ya que en estos casos sé que las imágenes valen más que mil palabras, aquí os muestro algunos de los platos que pudimos degustar en esta gran velada.












No hay dudas de que Deliquio, a pesar de jugar con la ligera ventaja de partir con el conocimiento y exitosa experiencia de La Pinchería, es ya un proyecto con argumentos sólidos para ganarse una merecida reputación. Un espacio perfecto para una reunión familiar o entre amigos, con picoteo, raciones pero sobre todo, muy buena cocina. Además, cuenta con una fabulosa terraza a la que, durante los meses de buen tiempo, le auguro unos excelentes momentos. Me temo que gracias a este sitio ya no añoraré ni los pinchos de mi tierra ni por su puesto su alabada gastronomía. Ambas cosas se dan cita en muy recomendable Deliquio.
Deliquio
Calle del Corazón de María 61
Metro: Alfonso XIII
Teléfono: 914 45 34 30

