Si hay una fecha decisiva y fundamental en la historia de Madrid ésa es 1561. En aquel año el presente inmediato de nuestra ciudad sufrió un enorme revolcón cuando Felipe II decidió establecer la Corte de manera estable en Madrid de manera sorprendente (todas las apuestas miraban hacia otras ciudades como Valladolid o Toledo, a priori favoritas). Hubo varios motivos que decantaron esta elección, de los que prometo dar buena cuenta en otro post, pero ése no es el propósito de estas líneas.
En esta ocasión os quiero revelar el tamaño de aquel primitivo Madrid, ese poblachón castellano al que en un abrir y cerrar los ojos le cambió la vida. La población de aquel Madrid rondaba los 15.000 habitantes. Para que os hagáis una idea, toda la población de la ciudad cabía en el actual Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid (y aún sobraba un poquito de hueco).
Sin embargo, con la llegada de la Corte, rápidamente el número de habitantes se triplicó y disparó un crecimiento que hoy supera los 3 millones de almas.
