Los muros de la estación de Tirso de Molina en Madrid guardan un misterioso secretoMuchas veces, caminando por el interior de las estaciones de metro me he preguntado como es posible construir semejantes espacios bajo tierra sin alterar la fisionomía de la ciudad. Todas estas cuestiones encuentran una pequeña respuesta en el secreto de hoy, el que nos lleva a una de las estaciones del centro de Madrid, a Tirso de Molina y al misterio que guardan sus paredes.

En la explanada que actualmente ocupa la plaza, estuvo hasta 1834 el Convento de la Merced, el cuál desapareció por la desamortización de Mendizábal. Éste contaba con un pequeño cementerio donde los monjes de la congregación encontraban el descanso eterno. Sin embargo, el camposanto no se trasladó al derruir el convento sino que se optó por dejarlo allí para siempre.

Entonces, se optó por alisar el terreno, plantar unos árboles y denominar al espacio ‘Plaza del Progreso’. Con el paso de los años, la presencia del cementerio fue cayendo en el olvido hasta que comenzaron las obras para una de las estaciones del metro de la Linea 1. Los obreros estaban picando una de las paredes cuando, entre gritos de asombro y miedo, descubrieron entre los muros la presencia de numerosos esqueletos. Eran los restos sepultados de los antiguos frailes que en su día habitaron el convento.

Fue entonces cuando comenzaron a circular historias y leyendas sobre fantasmas que habitaban en la estación. Lo más peliagudo del caso es que las autoridades no se pusieron de acuerdo en qué hacer con todos los restos así que optaron por la solución más fácil. Los depositaron tras las paredes de los andenes y los recubrieron con azulejos. Así que casi un siglo después, ahí siguen, a solo unos cuantos centímetros del mundo de los vivos, ajenos al bullicio de nuestro día a día.

Por cierto, la Plaza del Progreso (y la Estación de Metro del Progreso) finalmente adoptaron el nombre de Tirso de Molina, quien fue uno de los frailes que habitó en el antiguo Convento de la Merced.

Foto de la entrada sacada de madridmetropolis.blogspot.com

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16 comentarios

    • Los azulejos del vestíbulo los han dejado por cuidar el estilo original que tenían las estaciones, pero los del anden ya los han cubierto, andenes con azulejos solo quedan en la estación de Bilbao y a lo mejor una más. Hace no tantos años que todas las estaciones tenían los andenes con azulejos, alguna de ellas bastante bonita, y no se si por «el ladrillo» o por que a algunas de verdad les hacía falta una reforma en pocos años las han cambiado todas.

  1. Como siempre súper interesantísimo, estoy enganchado a estas historias q nos cuentas. Enhorabuena por el blog

  2. Muy intersante, te apuesto lo que quieras a que o Iker Jimenez o Miguel Blanco de RNE te van a llamar para llevarte a su programa de radio para hablar sobre esto o sobre mas misterios…

  3. ¡Qué interesante! No tenía ni idea. Me encanta tu blog. Soy madrileña, aunque he vivido mucho tiempo fuera y ahora, gracias a tus entradas, estoy aprendiendo a redescubrir mi ciudad. ¡Felicidades por tu trabajo y gracias por ilustrarnos!

  4. Pingback: Doce secretos para resumir un gran año | Secretos de Madrid

  5. Esta era una de las pocas anécdotas de Madrid que conocí fuera de este blog pero te agradezco tu labor, porque Madrid tiene mucho que dar.
    ¿Cuándo dejó de ser Plaza y Estación del Progreso? ¿Al encontrarlo? Tenía entendido que más bien fue algo relacionado con política, y el cambio lo trajo el franquismo.

  6. Me encanta lo que haces Manu, yo voto por que te nombren consejero de turismo.
    Y seguro que los turistas nos lloverían , tu sí que sabes vender Madrid y eso que te habla una madrileña en el norte de África rodeada de exotismo beréber

  7. cumplio 95 años el metro es una vergüenza que pongan una esposicion solo un dia a la semana para verla y poco tiempo solo los enchufados podieron verla

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