Hoy os propongo pasar miedo pero de verdad, nada de calabazas ni de fantasmas de cuerpo de sábana y arrastrando una bola. Os pongo sobre la mesa un lugares de Madrid por los que sobrevuelan muchas preguntas sin responder, misterios que anhelan una respuesta. Relatos en muchos ocasiones vinculados con el más allá. ¿Te atreves a acompañarme?
Seguramente la casa más misteriosa de Madrid la encontramos en la Plaza del Rey. El origen de la mala fama de esta casa del siglo XVI nos obliga a hablar de Elena, una doncella cuyo esposo murió en el frente de Flandes y que, al conocer la noticia, apareció al poco tiempo sin vida en su alcoba. El cadáver de esta chica desapareció para siempre sin embargo, son muchos los que aseguran haber visto un espectro de aspecto femenino paseando por el tejado del edificio.
Si hay un lugar en Madrid que impone miedo y mucho respeto, ése es el inmueble ubicado en la Calle Antonio Grilo 3, cerca de la Calle San Bernardo. En su interior se han cometido hasta ocho asesinatos lo que hacen que sea, sin lugar a dudas, la ‘casa maldita de Madrid’. El más famoso de todo el acontecido en 1962 cuando un sastre acabó con la vida de sus cinco hijos y la de su mujer usando una cuchillo, un martillo y una pistola antes de quitarse la vida.
Palacio de Linares
Muchos se ha escrito sobre este lugar situado en la Plaza de Cibeles. La actual sede de la Casa de América salió a la palestra por unas supuestas psicofonías. No obstante, antes y después de ello el personal que aquí ha trabajado siempre ha asegurado sentir presencias extrañas y escuchar ruidos procedentes de estancias aparentemente vacías.
Pocas calles de Madrid pueden presumir de haber sido testigo de más leyendas inexplicables como esta céntrica vía. Unas abuelitas devoradas por sus gatos, una mujer que descubrió el cadáver de su amante detrás de una pared pero quizás, mi favorita, es la del Guardia de Corps que pasó una noche de pasión y lujuria con una mujer que, finalmente, terminó siendo un espectro. Un relato que te cuento más detallado aquí.
Creo que no me equivoco si digo que ninguna otra vía de Madrid ‘homenajea’ a un espectro del modo que hace ésta. Según cuentan dos hombres se estaban batiendo en duelo cuando su lucha se vio bruscamente interrumpida por la aparición y huída a paso rápido de una misteriosa mujer. Ambos contendientes apartaron su disputa y la siguieron, cuando ésta volteó la cabeza comprobaron, asombrados, que se trataba de un espectro ante lo cual exclamaron: ¡Qué desengaño!
Hoy es un lugar de ocio y recreo pero en la Plaza Mayor tiene un pasado desgarrador y es que aquí fueron ejecutadas más de 300 personas. Las ejecuciones que tenían lugar en ella podían ser de tres tipos: garrote vil, horca o degollamiento por cuchillo o por hacha. Todo dependiendo del tipo de delito y del estatus social del condenado. El primer ejecutado fue una persona que se hizo pasar por sacerdote. Una nota aclaratoria: aquí no se quemó a nadie. Dicen que por la noche aquí aún se pueden escuchar los lamentos de aquellos ejecutados en busca de una paz y perdón que jamás les llegará.
Está bien recordar que en la Plaza Mayor no se quemaba a nadie porque el lugar elegido para este cometido fue, entre otras, esta pequeña plaza que se abre junto a la Calle de Segovia. Aquí los condenados a este castigo por la Inquisición eran quemados vivos y para que la gente supiera que se trataba de un lugar maldito, se colocaba un cruz verde de madera como elemento distintivo. Un signo que le dio el nombre que hoy, siglos después, mantiene.
Estos lugares un tanto tétricos no solo están sobre la superficie, también los encontramos bajo suelo. Sin ir más lejos la estación de Metro de Tirso de Molina cuenta con un gran secreto y es que detrás de alguna de sus paredes se acumulan decenas de esqueletos. ¿Qué hacen ahí? Son los restos de los monjes del desaparecido convento de de la Merced que se ubicó en este lugar hasta 1834. Los monjes que en él habitaban eran enterrados en el camposanto del convento y sus cuerpos salieron a la luz durante la construcción del metro. Como no tenían muy claro qué hacer con ellos, los volvieron a emparedar. Y ahí siguen….
Museo Reina Sofía
Si hay un museo donde yo personalmente no me atrevería a pasar una noche en soledad, ése es el Reina Sofía. Muchos guardas de seguridad afirman haber sido testigos de sucesos inexplicables, ascensores que se mueven solos, puertas que se cierran con brusquedad en mitad de la noche. Es muy probable que el pasado de este edificio como sede del Hospital de san Carlos tenga algo que ver así como el considerable dolor y pena que se quedaron atrapados en estas galerías.
1 comentario
Deberia aprovechar el alcalde y armar un circuito para fechas importantes tematicas o para festivales organizados en la ciudad , generando movimiento con un nuevo circuito para conocer la ciudad.